miércoles, 16 de julio de 2008

Preciosuras

A mis siempre amados bisabuelos y eternos amantes, Don José Paz y Doña Socorro

Si me vieras, viejo tonto,
si me vieras crecida entre las tunas,
con sed, mi vida, de ser tus primaveras,
de ser, triste blanquecino, el cauce de tu espalda.
Si notaras cómo crezco entre las flores,
si los grillos te hablaran y dijeran bajito
cómo amarme en verde en días de lluvia,
cómo amar en pasto,
de a poquito.

Si mis senos, cactus raros, supieran soñar,
soñarían conmigo en medio del maizal,
y tú y yo mojados, hombre de mis rosas,
mojados todos con la pura eternidad,
con la pura necedad de ser el viento,
y desgarrarnos ropa y cuero
solos con el aire,
solos en medio del maizal.

De tus ojos, ojos tierra, nace un firmamento,
uno más lejos que lo lejos de tu pecho,
uno seco, uno tierra. Uno amante, y otro espera.
De tus labios, labios negros, nazco yo aún más bella,
en tus ríos,
en tus piedras
entre ríos de piedra.

En las fuentes viejas se llora como muerta
en ti, amor, los muertos no sollozan,
en ti, los muertos, apenas y se acuerdan que tienen que llorar.
Yo ni muerta y sin memoria
me anochezco en ti como si fuera otra,
como si fuera nube,
como si fuera ciega.

Mírame de lejos,
con mi cara de árbol,
con vestido nuevo,
con zapatos bajos y boquita abierta.
Mírame encantado
con dulzor amargo de saberme viva
de saberme entera
de saber, sin ti, mi vida no sería,
de encontrarme virgen después de la marea.
Vuela, sol de mi cielo, sin prisa en mis rebozos,
alas de cuero,
pies de madera.

No hay espacio en blanco entre mis piernas.

K. G

2 comentarios:

Julio Romano O. dijo...

Gracias por aceptar la oferta de publicación. Te dejo mi correo público: baideuei.jro@hotmail.com y el de la revista: mandarina_mag@hotmail.com
Las aportaciones en verso son libres en extensión y forma; las de prosa, un máximo de 3,000 caracteres (600 palabras) por el momento. Esperamos llegar a publicar textos más amplios.
Y en serio, creo que vale mucho la pena, ahora que leo con detenimiento, publicar lo que escribes.
Un saludo. Buen día.

Emilio Montuno dijo...

tus versos son aguamiel en los labios, y pulque en el cerebro